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MINDFuLNESS Y FAMILIAS CoN HIjoS CoN NECESIDADES ESPECIALES





              La aceptación también se extiende hacia el hijo con discapacidad y respecto a uno mismo.
            Hay madres o padres que sin rechazar a su hijo, reconocen que desean que, por ejemplo,
            su progreso sea mayor, o que vaya más rápido. Mindfulness les ayuda a distinguir entre sus
            propias expectativas y las posibilidades o el ritmo de su hijo, fundamentalmente porque el
            entrenamiento les aporta más claridad mental y un espacio para parar y ver.

              también es destacable el nivel de aceptación con uno mismo (ingrediente fundamental de
            la autocompasión). El entrenamiento en Mindfulness es un potente antídoto para mitigar pa-
            trones mentales o creencias relacionadas con el perfeccionismo o la autoexigencia. Actitudes
            que, por otra parte, llevan a muchas madres (especialmente) a sentirse insatisfechas con su
            rol parental y con ello al agotamiento y al estrés.


              Incrementa la autocompasión o amabilidad con uno mismo. La autocompasión es un
            aspecto muy importante en Mindfulness. Hacernos conscientes, en el momento presente, de
            que estamos luchando con sentimientos de culpa, desesperación, u otras emociones dolo-
            rosas, nos permite responder con amabilidad y comprensión.


              Para ello, es necesario un primer paso: darse cuenta y reconocer que “estoy sufriendo”.
            Esto no es tan fácil entre muchas madres o padres; frecuentemente están tan pendientes de
            sus hijos con discapacidad que se “desconectan” de sus propias necesidades, emociones y
            sufrimiento… ”si él/ella está bien, entonces yo estoy bien” dicen muchos de ellos. El progra-
            ma de Mindfulness les ayuda a conectar de nuevo con esas necesidades o dolor (si existe), a
            darse cuenta de qué emociones predominan para luego, aprender a tratarse con más amabi-
            lidad en lugar de ignorarse, juzgarse y criticarse.


              La autocompasión significa pues, ser amable y comprensivo cuando nos enfrentamos a
            nuestros errores personales (que por otro, lado son compartidos por muchas personas).


              queda claro que esta actitud también influye directamente en la valoración que hacen de
            ellos mismos en relación a su rol parental, reconociendo cuáles son sus limitaciones y va-
            lorando sus puntos fuertes. Como padres no lo hacemos todo bien, también cometemos
            errores. Es necesario dejar de aspirar a ser “padres perfectos”.


              Incrementa los recursos psicológicos internos necesarios para activar estrategias de
            afrontamiento ante situaciones difíciles, aumentando las habilidades necesarias.


              Entre estas habilidades destaca la resiliencia. Se trata de un factor que ayuda a las perso-
            nas a afrontar y adaptarse a las situaciones difíciles y estresantes de la vida. Las personas o
            familias resilientes presentan un alto nivel de adaptación a estas circunstancias.









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