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LA SoLEDAD EN LAS PERSoNAS MAYoRES EN ESPAñA. uNA REALIDAD INVISIbLE





              Los avances tecnológicos, la domótica y la robótica, las tecnologías de la comunicación,
            ofrecen hoy también múltiples posibilidades para que si se dispone de un censo actualizado
            de personas mayores que viven solas, se pueda actuar y prevenir sobre circunstancias que
            agravan la vida de los mayores.


              Es cierto que discursos alarmistas, sobre todo en clave de gasto en protección a las per-
            sonas mayores se incrementan y terminan por asumirse como verdades. Pero frente a estos
            discursos economicistas se olvidan algunos presupuestos y principios: todo lo que se invierta
            en investigación, en tecnologías, en programas pensados para mejorar la calidad de vida
            de la gente, en este caso de las personas mayores, no es un gasto sino una inversión y una
            oportunidad laboral, de empleo, de desarrollo y por lo tanto de riqueza. La industria 4.0 está
            avanzando en digitalización y en mejorar procesos productivos y todo ello supone riqueza,
            desarrollo o en último término oportunidades. Las personas mayores y sus cuidados ofrecen
            la oportunidad de crear más puestos de trabajo para más profesionales, que a la vez deberán
            adquirir la necesaria formación y competencias instrumentales.


              En este sentido los problemas de las personas mayores, lejos de ser un riesgo se convierten
            en una oportunidad: La vejez como oportunidad como señala Victoria Camps (2004). Pero
            oportunidad no solo económica, productiva, empresarial o de empleo, sino también oportu-
            nidad de recuperar valores morales, de devolver a una sociedad cada vez más desvinculada
            y pobre en valores una nueva mirada más humana, solidaria, basada en una ética de la com-
            pasión y en una ética del servicio. Desvincular estos dos aspectos es perder una oportunidad
            de encuentro entre dos miradas y dos mundos enfrentados: el del egoísmo, la insolidaridad
            y el materialismo y el mundo de la vida, de las relaciones, de la participación solidaria e inter-
            cambio mutuo.


              Prevenir esas situaciones no solo evitaría el riesgo de  accidentes o muertes que no se
            conocen y que no llegan a estos sistemas de atención sino que se podrían hacer extensi-
            vos servicios para todas estas personas, tratando de facilitarles los servicios suficientes y
            necesarios para que puedan continuar viviendo con buena calidad de vida en sus propios
            entornos y a la vez organizar sistemas fuertes de voluntariado en los cuales se pudiera hacer
            un seguimiento, vender horas, prestar y regalar horas personales para dedicarlas a paliar los
            grandes espacios de tiempo vividos en soledad.


              De igual modo que muchos menores son educados por programas de tV y son las imáge-
            nes y estos programas los principales agentes de socialización, también desde algunos ser-
            vicios se podría pensar en otras alternativas como emisoras, medios de comunicación, radio
            y tV, estableciendo interfaces interactivas, donde las mismas personas mayores se impliquen
            en la selección de los programas. Esto requiere una programación a la carta, partiendo de
            un estudio que ponga de manifiesto intereses, características, opiniones, y valores de las
            personas mayores. No se trata de proyectar prejuicios o ideas de profesionales o expertos





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